
Las autoridades turcas han mostrado su indignación y su rechazo a la decisión de Estados Unidos de armar a las milicias kurdas en su estrategia de avanzar hacia la ciudad de Raqqa.
El presidente del país, Recep Tayyp Erdogan ha mostrado su preocupación por la entrega de las armas a un grupo terrorista para luchar contra otro grupo terrorista y ha pedido a los aliados ponerse del lado de Ankara y no del de los terroristas y añadió: “”Nos gustaría creer que nuestros aliados preferirán estar de nuestro lado y no con organizaciones terroristas” En una rueda de prensa que mantuvo ayer miércoles después de confirmarse que el martes, el Pentágono anunció que el presidente estadounidense, Donald Trump, había aprobado armar a elementos kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF en sus siglas en inglés) ante el intento de expulsar a Daesh de Raqqa, última ciudad siria en poder del grupo terrorista.
En esta misma dirección, el jefe del gobierno, Binali Yildirim, instó a la Administración Trump a elegir entre sus aliados o Turquía: “No se puede utilizar una organización terrorista como el PKK contra otra como el ISIS (Estado Islámico)”. “No podemos aceptar la presencia de organizaciones terroristas que amenazan el futuro del Estado turco”.
La apuesta de los americanos por un grupo armado considerado por Ankara como la extensión del partido de los trabajadores del Kurdistán ha tensado las relaciones entre ambos países. Aunque la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca anunciaba un giro en su política exterior hacia los países de Oriente Medio, especialmente hacia aquellos aliados que se habían sentido marginados por la administración Obama, su decisión de armar a los militantes del YPG ha sembrado serias dudas sobre su compromiso con sus tradicionales amigos como es el caso de Turquía.
Ankara considera el YPG como una extensión del Partido de los trabajadores de Kurdistán, más conocido por sus siglas PKK, una organización terrorista catalogada como tal por los Estados Unidos y la Unión Europea, debido al uso de armas contra personal civil y militar en Turquía a lo largo de más de tres décadas donde miles de personas perdieron la vida.
Turquía ha sostenido desde hace mucho tiempo que el apoyo militar dado al YPG se utilizará en última instancia contra Turquía. Como tal, la presencia del YPG en el norte de Siria ha sido considerada como una amenaza a la seguridad nacional. Actualmente, una delegación preparatoria turca mantiene conversaciones de alto nivel con funcionarios estadounidenses en Washington antes de la visita del presidente Recep Tayyip Erdoğan la próxima semana, cuando se reunirá con el presidente estadounidense, Donald Trump, para discutir con el este y otros de interés para ambos países.
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Pablo Rodríguez

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